martes, 7 de julio de 2009

MILITARES HONESTOS DEVUELVAN LA PAZ A HONDURAS


Por: Enrique Ojeda.

. . .A 48 horas del penoso GOLPE DE ESTADO, gestado en el país hermano HONDURAS, por un grupo de jóvenes Militares dirigidos por inconcientemente por TRAIDORES APATRIDAS, enfermo de proyección y poder en sus múltiples manifestaciones de rancias burocracias. Luego de haber transcurrido un tiempo más que suficiente para que los altos jefes Militares comprometidos con este nefasto GOLPE DE ESTADO, reflexionaran y desistieran de seguir manchando el nombre de la Institución Castrense ante el mundo que observa atónito sus actitudes agresivas contra su pueblo desarmado que lucha y defiende las pocas conquistas obtenidas sobre derechos humanos y participación ciudadana. En mi humilde opinión personal, se me ocurre llamar a la conciencia de aquellos altos jefes Militares curtidos en la VOCACION DE SERVICIO, ESPIRITU DE CUERPO, ETICO y MORALMENTE incorruptibles, tomar las riendas de mando y proceder de inmediato a regresar el ORDEN CONSTITUCIONAL, y se restituyan todos los derechos Constitucionales violados abruptamente por un grupo comprometido con la OLIGARQUIA SIN PATRIA. No me queda la menor duda que tal decisión dejaría muy en alto el buen nombre de toda la Institución Castrense a nivel mundial, nacida para servir y coadyuvar al crecimiento de su pueblo y defenderlo hasta con sus vidas contra el usurpador venga de donde venga. No debe finalizar el día de hoy 30 de junio de 2009, sin que el Alto Mando comprometido con el alma salga a poner orden en casa y regresen la paz, abruptamente estremecida por acciones de nada edificantes y que aislarán por tiempo indefinido al BRAVO PUEBLO DE HONDURAS. El Mundo espera impaciente que la iniciativa salga espontáneamente de los HIJOS DE LA PATRIA DE HONDURAS, esos hombres de verde que conforman la Institución Militar y Policial moralmente comprometido consigo mismo y su pueblo detengan de una vez por toda el lastimoso espectáculo brindado por algunos subalternos comprometidos como dije antes con una oligarquía sin patria ni fronteras, diseminados como el cáncer en todo el globo terráqueo llevando consigo hambre y desolación a los pueblos que les da la oportunidad de crecer y desarrollarse en la creencia que sus acciones serán para el bien común. No deseo despedir esta reflexión sin dejar a la interpretación del mundo, unas escuetas líneas que nacieron desde las profundidades de mi alma un doce de noviembre de mil novecientos noventa y uno, en esos instante de quebrantamiento espiritual amalgamados por el fantasma de la soledad y el distanciamiento espontáneo u obligado por las circunstancias generadora de amarga nostalgia y que aún en estos difíciles momentos reflexivos, siento que se perennizan en el tiempo como un lacerante epilogo, testigo fiel de un alma atormentada por ello, ayer, hoy y siempre, amigos Hondureño: ”LAMENTARE POR SIEMPRE ALEJARME DE TODOS, SIN HABER APRENDIDO A SONREIR CON EL ALMA”.